Una de las áreas más importantes como seres humanos a la cual debemos dar atención y cuidado son nuestras relaciones. Pues al ser una especie social, la interacción con las demás personas es fundamental para resolver nuestra necesidad de pertenecer y de ser aceptados. Sin embargo, cuando de relaciones se trata, es de vital importancia hablar de la más importante de todas “la relación que tenemos con nosotros mismos”. Por ello, si deseas profundizar en este tema, este artículo te interesa, pues hablaremos sobre la importancia de iniciar nuestro viaje de enemigo interno a amigo incondicional.
Atención que si eres de las personas que tiene una relación maravillosa contigo mismo este artículo te interesa, pues te ofrecerá luces, herramientas y acciones que te permitirán ayudar y contribuir en la vida de esa persona que esté pasando por momentos desafiantes y cuya relación consigo misma es de enemigos más que de amigos incondicionales.
Es posible que en pocas ocasiones (o incluso ninguna vez) nos tomemos el tiempo para reflexionar sobre la relación que tenemos con nosotros mismos, lo cual es perfectamente entendible porque el mundo que vivimos muchas veces nos impone una dinámica altamente ajetreada y llena de tareas y ocupaciones que por veces no deja tiempo para nosotros mismos, sobre todo si tenemos familia y compromisos laborales ya adquiridos.
Por esta razón, si estás leyendo estas líneas ¡recibe mis más sinceras felicitaciones! pues quiere decir que reconoces que mereces tiempo para dedicarlo a tu propio ser, para crecer como persona y para cultivar el conocimiento que te permita desarrollar las habilidades que te llevarán al siguiente nivel en tu desarrollo personal. Como siempre digo… Si no tenemos ni siquiera 30 minutos para dedicarlos a nosotros mismos, se hace urgente una revisión.
La relación más importante que tenemos es “nuestra relación con nosotros mismos”.
La relación que tenemos con nosotros mismos tiene influencia directa tanto en nuestra calidad de vida como en la forma en la que interactuamos con nuestro entorno y en última instancia con nuestra sociedad. La razón de ello se debe al hecho de que “dentro de nosotros” tenemos dos (2) opciones: “Ser nuestro peor enemigo o ser nuestro mejor amigo”. La primera de ellas, traerá como resultado convertirnos en nuestra peor obstáculo para avanzar, mientras que la segunda nos ofrece la posibilidad de convertirnos en nuestro mayor apoyo para crecer y prosperar, no solo a nivel individual sino también de manera colectiva.
Es por ello que vivir bajo la filosofía de “elegir ser nuestro mejor amigo” es tan poderosa, porque nos invita a cultivar una relación amorosa y positiva con nosotros mismos. Y sí, soy muy consciente de que puede sonar un poco simple o incluso inocente esta afirmación, pero de cierto te digo que tomar la decisión de ir de enemigo interno a amigo incondicional tiene un impacto directo y profundo en la forma como experimentamos cada situación y sobre todo, en la forma como moldeamos nuestra realidad personal.
Cuando hablo de establecer una relación más amorosa y positiva con nosotros mismos me refiero a la manera en la cual dirigimos nuestro diálogo interno, nuestros pensamientos, nuestras creencias y nuestras emociones cuando nos referimos a nosotros mismos. Para ello, la herramienta a través de la cual podemos transformarnos para ir de enemigo interno a amigo incondicional es: nuestra mente.
Es a través de nuestra mente que percibimos el mundo, generamos pensamientos y emociones, tomamos decisiones y ejecutamos acciones. Es precisamente esta interacción interna la que juega un papel importante y crucial en la forma en la que nos vemos a nosotros mismos y en la manera en la cual construimos nuestra realidad personal. Al ser conscientes de todo esto tenemos la posibilidad de retomar nuestro poder para transformar nuestra percepción, nuestras decisiones y, en última instancia, nuestra calidad de vida.
Autoconocimiento, autoestima y gestión emocional, nuestros grandes aliados.
Tomar la decisión de ir de enemigo interno a amigo incondicional es una decisión que tomamos de manera inmediata. Sin embargo, es un proceso que necesita de varios factores para su materialización. Veamos con más detalle cada uno de estos factores:
La construcción de una relación amorosa y positiva con nosotros mismos comienza con la toma de consciencia de nuestros pensamientos. Por ello, el primero de estos factores es el autoconocimiento, porque si no entendemos de manera profunda nuestros pensamientos y nuestras emociones, será mucho más complejo para nosotros entender por qué tomamos ciertas decisiones y la razón por la cual ejecutamos determinadas acciones. Es decir, mientras más profundo sea nuestro autoconocimiento, mayor será la posibilidad de nuestra autorreflexión y por ende, mayor crecimiento personal.
El siguiente ingrediente esencial para moldear nuestra realidad personal es nuestra autoestima, la cual va de la mano con la autocompasión, pues ambas son de gran importancia para nutrir y fortalecer una autoimagen positiva permitiendo que podamos manejar los desafío que se nos presenten a lo largo de nuestro viaje por esta dimensión, con amabilidad, atención y consideración hacia nosotros mismos.
Para lograrlo debemos dar atención a nuestro autocuidado, pues el cuidar nuestro bienestar físico y mental es una de las características que podemos evidenciar en esas maravillosas personas que ofrecen su amistad de manera honesta, sincera y genuina, a los cuales, tendremos la fortuna de considerar nuestros mejores amigos.
El tercer ingrediente a considerar es nuestra gestión emocional, pues a menudo somos nuestros críticos más severos, llenando nuestra mente con autocríticas y autoexigencias. Por ello, aprender a gestionar nuestras emociones traerá como resultado mayor equilibrio psicológico y relaciones interpersonales más saludables.
Nuestra mente es el filtro a través del cual de manera constante nos observamos y evaluamos. Durante este proceso de observación y evaluación construimos nuestra percepción de nosotros mismos y esto es particularmente interesante porque la percepción no es una observación objetiva, debido a que está influenciada por nuestros pensamientos, creencias, experiencias pasadas y de diferentes referencias. Esto genera una serie de dudas y críticas que hacen que nuestra percepción tenga una tendencia negativa de nosotros mismos, la cual se refleja en lo que sentimos por nosotros mismos, en el trato que nos damos y en la manera como nos relacionamos con el mundo.
Es por ello que tomar la decisión de elegir ser nuestro mejor amigo tiene tanta importancia, ya que con esta elección cambiamos nuestro diálogo interno y comenzamos a tratarnos con la misma comprensión y apoyo que ofreceríamos a un ser querido en momentos de dificultad. Y con esta actitud gentil hacia nosotros mismos comenzaremos a aceptar nuestros errores y aprender de ellos y crearemos el ambiente de crecimiento, respeto, valorización y autenticidad que fortalecerá nuestra autoestima.
Claves para ir de un YO más fortalecido a una sociedad más unida.
Es de mucha importancia resaltar que ser nuestro mejor amigo no quiere decir que seamos egocéntricos ni tampoco implica individualismo. Transformar nuestra relación interna tiene un impacto directo en nuestro entorno o mundo exterior, pues una relación positiva con nosotros mismos fomenta la empatía y la comprensión hacia los demás. Dicha empatía permite que nuestra comunicación pase de tener un tinte agresivo a una comunicación no violenta, donde la asertividad, la honestidad, el respeto y la cordialidad serán las bases para construir relaciones interpersonales más sanas y genuinas. La colaboración se manifiesta dejando de lado la competición, la división y la alienación y exclusión de los demás.
Nadie puede ofrecer lo que no tiene. Por ello, cuanto mayor sea nuestro autocuidado mejores serán nuestras condiciones y oportunidades para contribuir de manera más efectiva a nuestra comunidad y nuestra sociedad en general.
Nuestros valores son la brújula que dirige nuestras acciones, los cuales al estar alineados con nuestro diálogo interior que refuerza nuestra autoestima, nuestro compromiso cívico se incrementa y se hace evidente a través del respeto por las normas y la participación activa en la sociedad, la exigencia de nuestros derechos y sobre todo con la ejecución de nuestros deberes.
Cuando elegimos ser nuestro mejor amigo también nos convertimos en agentes activos de transformación social, permitiéndonos liderar de manera consciente con integridad y compasión, tal y como lo hizo el abogado, activista contra el apartheid, político y filántropo sudafricano Nelson Mandela al presidir el gobierno de su país de 1994 a 1999.
Decidir ir de enemigos internos a amigos incondicionales nos permite cultivar una autoestima sólida y el fortalecimiento de nuestra autoconfianza, lo cual sirve de inspiración a otros a hacer lo mismo. Nuestra manera de ser y de relacionarnos con el mundo se convierte en un modelo a seguir para aquellos que buscan transformar sus propias vidas.
En última instancia, como una bola de nieve que crece constantemente, generamos una especie de efecto dominó que puede influir en la sociedad en su conjunto, fomentando una cultura de autenticidad, compasión, empoderamiento, de respeto, de cooperación y de unión que genere beneficios no solo individuales sino también colectivos.
Desafíos y soluciones en el proceso de transformación de enemigo interno a amigo incondicional.
Mi deseo no es vender humo, ni mucho menos pintar este viaje de transformación como un camino de puras rosas y de tránsito sencillo. Tampoco diré que es el viaje más difícil que podrás realizar en toda tu vida. Sin embargo, considero importante conocer cuáles son esos desafíos o inconvenientes que podrán aparecer durante este proceso de crecimiento personal, con el fin de poder tenerlos presente y poder contar con las herramientas que nos permitan resolverlos para seguir adelante y continuar nuestro desarrollo como constante y sostenido. Para ello, a continuación encontrarás una lista de estos posibles obstáculos y su respectiva propuesta de solución:
- Desafío: La autocrítica destructiva.
- Solución: Practicar la autocompasión y diálogo interno positivo.
- Desafío: La comparación constante.
- Solución: Valorar nuestra singularidad y dirigir nuestro foco a nuestro progreso, nuestro crecimiento personal y en los logros obtenidos durante el proceso.
- Desafío: La falta de conexión social.
- Solución: Involucrarnos y participar en actividades comunitarias, así como también la búsqueda constante de construir relaciones significativas con nuestros vecinos y personas con valores afines y objetivos comunes.
- Desafío: La falta de autoconciencia.
- Solución: Incluir prácticas de autorreflexión, la atención plena y la meditación en nuestro día a día.
Consideraciones finales para elegir ser nuestro mejor aliado.
Al ser conscientes de nuestra propia valía a través del refuerzo de un diálogo interno que nos fortalece, abrimos la puerta a la gran oportunidad de enfrentar los obstáculos con una mentalidad de resiliencia y optimismo, en lugar de derrumbarnos ante la adversidad, pues tendremos la certeza de que somos capaces de superar cualquier dificultad si tenemos la disposición, y la voluntad para lograrlo. Estaremos generando y retroalimentando una mentalidad de crecimiento y superación constante.
Durante el proceso de construcción de una relación positiva con nosotros mismos, el poder de la imaginación y la visualización juega un papel importante, debido a que nuestra mente es capaz de crear imágenes mentales que tienen influencia directa en nuestras emociones y en nuestras acciones. Por ello, al visualizarnos nosotros mismos en situaciones positivas y exitosas reforzamos nuestra autoconfianza y fortalecemos nuestra autoestima, ya que estas imágenes mentales actúan como anclajes positivos que nos recuerdan que somos capaces de superar desafíos y alcanzar nuestras metas.
En resumen, nuestra mente es clave para construir una relación amorosa y positiva con nosotros mismos y para darle forma a nuestra realidad personal. Por ello, la elección consciente de cambiar nuestra narrativa interna para nutrirnos a nosotros mismos nos permite tener una experiencia vital más auténtica, gratificante y significativa. Esto nos fortalece a nivel individual y nos capacita para ser ciudadanos más comprometidos y constructivos para la sociedad.
Para finalizar, me gustaría compartirte una lista con algunos de los beneficios que obtendrás al elegir ir de enemigo interior a amigo incondicional. De ti depende tomar la decisión comprometida de convertirte en tu mejor aliado y tu mayor promotor:
- Reducción del estrés, de la ansiedad y mejor gestión emocional.
- Mayor resiliencia al enfrentar los desafíos con una actitud optimista.
- Aumento de tu autoestima, autoconfianza y autodisciplina para lograr tus metas.
- Ser modelo e inspiración para la transformación de una sociedad más armoniosa.
- Aumento de nuestra influencia a través de un liderazgo consciente y responsable.
- Contribución al bienestar social a través del ejercicio de la empatía y la cooperación.
- Construcción de relaciones interpersonales más saludables, auténticas y significativas al reconocer nuestras propias necesidades.
Me despido con la siguiente reflexión, espero que sea de utilidad para ti tanto como lo ha sido para mi, pues lo cierto es que ¡estamos juntos en esta aventura!
Tener una autoestima saludable es el cimiento sólido que sustenta nuestra realidad personal, porque al valorarnos y reconocer nuestras cualidades nos convertimos en los narradores activos de nuestra propia historia basada en el amor propio y la confianza, mientras que de manera simultánea creamos una realidad personal enriquecedora y llena de posibilidades con impacto positivo en la sociedad en general.
Y tú, ¿Sientes que este tema resuena contigo? ¿Eres tu peor enemigo o tu mejor amigo incondicional?
¡Comparte tu opinión con nosotros y este artículo con quien lo necesite!
Te leo…
