La sociedad a lo largo de los tiempos se ha ido modificando por diferentes razones y factores. Nos guste o no, es innegable el hecho de que cada generación tiene sus propios valores, principios y sobre todo creencias, las cuales han sido impuestas muchas veces de forma arbitraria y otras veces de manera sutil. Por ello, considero importante tomar consciencia de nuestro papel en la construcción del tejido social de nuestra sociedad en el futuro, para lo cual, es fundamental desarrollar, promover y liberar el potencial de la vocación de servicio.
Desbloquear el potencial de la vocación de servicio es un todo viaje de desarrollo personal y social. Implica asumir nuestra cuota de responsabilidad y ser partícipes en la creación de una sociedad más fuerte y compasiva a través del ejercicio del civismo, la cooperación, la sinergia y la comunicación no violenta.
El potencial de la vocación de servicio radica en el hecho de que puede ser el hilo conector entre individuos independientemente de las diferentes nacionalidades, credos, razas, o preferencias. Al desarrollar y promover una sociedad que valore el acto de servir (que no es lo mismo que servidumbre ni mucho menos significa que nos tienen que atender) permite abrir la puerta a un universo de posibilidades infinitas para el entendimiento, la colaboración, el crecimiento y la evolución de los seres humanos en su conjunto. Pues, en vez de buscar que nos hagan todo, que nos atiendan o que “nos sirvan” buscamos ser útiles a los demás a través de nuestros dones, nuestro conocimientos y de nuestras habilidades al ponerlas a la disposición de quien necesite de nuestro apoyo o de nuestra ayuda.
La sociedad del futuro necesita de ciudadanos comprometidos con la unión de los ciudadanos en pro de beneficios y mejoras comunes, que permitan el desarrollo individual, pero que al mismo tiempo promuevan la evolución colectiva. Es importante reconocer que somos los ciudadanos quienes a través del ejercicio de nuestros deberes y la exigencia de nuestros derechos de una manera responsable, firme y sobre todo consciente, mantenemos el balance de las sociedades en las cuales nos encontramos y de las cuales somos parte.
La vocación de servicio en el desarrollo emocional.
Los seres humanos tenemos la fortuna de tener un cuerpo emocional que nos permite conectarnos con la realidad que experimentamos diariamente. Por ello, es fundamental mantener un equilibrio emocional a través de la gestión consciente de nuestras emociones, pues de no hacerlo, solo experimentamos caos interno, el cual se refleja a nivel externo y de manera muchas veces inconsciente genera un impacto tanto directo como indirecto en nuestro entorno.
Ayudar a otros puede generar en nosotros una sensación de satisfacción y felicidad fortaleciendo nuestro bienestar psicológico. Mientras mayor cantidad de ciudadanos conscientes y emocionalmente fuertes hagan vida en una sociedad, mayor serán las oportunidades de sanar las heridas emocionales que hoy en día están presentes en nuestras naciones, en nuestros países, en nuestros continentes.
Es fundamental desarrollar nuestra capacidad de “ponernos en los zapatos del otro” para eliminar las rivalidades y fricciones que pueden surgir en la interacción y desarrollo normal de las relaciones humanas. Pero no solo debemos trabajar esa empatía en nosotros mismos, también es importante promover y ofrecer herramientas para la construcción de esa empatía de manera conjunta, de la mano de nuestros pares, llámense familia, amigos, colegas o vecinos.
La vocación de servicio ayuda con la disminución del estrés que experimentan nuestras sociedades, especialmente en las grandes urbes en las cuales diferentes actividades, compromisos, expectativas y cánones de diferentes índoles son impuestos diariamente para alcanzar ciertos “estándares”, que de estándar tienen poco pero que de estereotipo tienen mucho y que de una u otra forma contribuyen en la construcción de la identidad de las personas.
La vocación de servicio en el fortalecimiento de las comunidades.
Muchas veces los seres humanos no damos valor al hecho de vivir en comunidad. Vivir en comunidad se refiere al hecho de hacer vida unidos por lo que es común entre los individuos que son parte de ella. Es decir, de manera sutil e invisible existe un lazo que une a todos y cada uno de esos individuos permitiendo que de manera conjunta puedan prosperar.
En ello la vocación de servicio toma gran importancia pues a través de la colaboración y trabajo en equipo contribuimos en la resolución de problemas sociales y mitigamos y/o reducimos los conflictos.
Tal vez te preguntarás, eso suena muy bonito Antoni, pero ¿de qué sirve todo ello? Pues bien, el beneficio radica en que contribuir con el bien común, mejora la calidad de vida de las personas y por ende de las comunidades, de los países y de la humanidad como un todo.
La vocación de servicio puede ser un puente para conectar diferentes sectores de la sociedad. promoviendo la diversidad de ideas y de opiniones, el respeto por todos y cada uno de los miembros que son parte de esas sociedad y promoviendo la cooperación en vez de la competencia.
Promover la vocación de servicio empodera a los individuos y a las comunidades para generar cambios positivos y de beneficio tanto individuales como colectivos.
La vocación de servicio como herramienta de educación cívica.
He mencionado anteriormente que la vocación de servicio es fundamental para el desarrollo de ciudadanos activos y comprometidos. Por ello, es de gran importancia educar en valores a las nuevas generaciones, pues son los que tomarán la batuta de nuestras sociedades en el futuro, y por ello, es clave incluir la vocación de servicio en nuestras casas, debatir y promoverlo en las instituciones académicas (escuelas, institutos, universidades) e incluso en las conversaciones entre vecinos y amigos.
Con ello, generamos una narrativa y un discurso que incentiva tanto a niños. a jóvenes, a adultos e incluso a ancianos a ser responsables y asumir un papel activo en las decisiones que afectan a la sociedad. Y es precisamente esa participación activa entre ciudadanos la que permite el fortalecimiento del tejido social y resalta la humanidad, la humildad y la bondad que habita en cada ser humano que habita en este plano.
Tener vocación de servicio implica comprender y respetar diferentes perspectivas, fomentando el respeto, el entendimiento y la integración entre todos los involucrados. Pues incluso, aunque no seamos la persona que presta o que recibe el servicio, al estar presentes y ser testigos del acto de servir (la mayor expresión de bondad que podemos tener) reconocemos y contribuimos de manera indirecta con la propagación de estas acciones de amor, de gratitud y de integración entre las personas.
Desafíos, soluciones y oportunidades al promover la vocación de servicio.
Algunos de los desafíos que podremos encontrar y que serán necesarios resolver al promover la importancia de la vocación de servicio son los siguientes:
- La falta de conciencia, pues muchas personas no comprenden la importancia de la vocación de servicio. Esto puede generar resistencia con el solo hecho de hablar del tema.
- La presencia de obstáculos estructurales, pues algunas comunidades pueden enfrentar barreras para difundir o divulgar la vocación de servicio de manera efectiva.
- La desconexión emocional, producto del egoísmo y de la indolencia que impiden conectar emocionalmente con las necesidades de los demás.
- La falta de recursos, puesto que el tema económico o logístico puede suponer un desafío o una barrera para realizar actividades de promoción de la vocación de servicio.
A fin de proponer soluciones a los diferentes desafíos que podemos encontrar al promover la vocación de servicio, me gustaría compartir las siguientes ideas:
- Promover a temprana edad, tanto en casa como en las instituciones académicas, la importancia de la empatía, de la vocación de servicio, del respeto y la comunicación no violenta.
- Facilitar oportunidades, para que las personas participen activamente en su comunidad.
- Incentivar y generar espacios de entendimiento, de discusión y de integración en espacios públicos, como plazas, parques, entre otros.
A continuación siguen ciertas actividades y acciones en las cuales existen oportunidades para promover la vocación de servicio entre nosotros:
- El voluntariado, ya que participar en actividades de voluntariado es una oportunidad concreta para servir a los demás.
- Desarrollo de programas de mentoría, ya que estos programas pueden ayudar a guiar a las personas hacia el servicio.
- La innovación social, porque utilizando la tecnología y la innovación podemos abordar problemas sociales de manera efectiva.
- Las plataformas digitales, podemos utilizar plataformas digitales para conectar a personas que valoren la vocación de servicio.
- Las iniciativas de base, pueden desarrollarse iniciativas desde la comunidad para abordar desafíos colectivos específicos.
Conclusión.
Por todo lo mencionado, y a modo de resumen, al promover y practicar la vocación de servicio desarrollamos nuestra inteligencia emocional y nos relacionamos mejor con el estrés, lo cual contribuye de forma directa con nuestro bienestar psicológico y con nuestra satisfacción personal. Al mismo tiempo, fortalecemos nuestros lazos y relaciones interpersonales reduciendo los conflictos sociales al empoderar tanto a individuos como a las comunidades para generar cambios positivos que mejoren nuestra calidad de vida y contribuyan al bien común.
Y tú, ¿Tienes vocación de servicio o eres de los que prefieren recibir en vez de ofrecer y aportar?
¡Comparte tu opinión con nosotros y este artículo con quien lo necesite!
Te leo…
