Cada persona es un ser único, con sus propias fortalezas, debilidades y características que lo diferencian del resto de los individuos, incluso cuando hablamos de personas gemelas. Ahora bien, más allá de nuestra personalidad, el mundo actual de manera sutil pero contundente ha generado que en nuestras sociedades el foco esté en la imagen pública y en la apariencia de las personas. Por ello, si este artículo ha llegado a ti, no es por casualidad y desde ya te invito a que dediques unos minutos de tu atención, pues estaremos reflexionando sobre la importancia de valorar a las personas por encima del personaje social y de los estereotipos.
El dilema del personaje social.
La dinámica de las relaciones e interacciones sociales está marcada de una manera directa y muy fuerte por las muy conocidas redes sociales, los medios de comunicación masiva y sobre todo de las altas expectativas impuestas en términos sociales, tales como casas, carros, ropa, teléfonos y demás artículos y/o accesorios.
Esto ha hecho que las personas, de manera muchas veces inconsciente, construyan un personaje social para “mostrar al mundo”, el cual está diseñado de manera cuidadosa para proyectar una imagen idealizada de uno mismo sin tener consciencia de los diferentes desafíos que esto podría crear.
Entre los diversos desafíos que podríamos encontrar tenemos:
- Superficialidad y Desconexión: Debido a que las relaciones con las otras personas se construyen sobre la base de de las caretas y no con las personas genuinas y reales. Lo único que obtenemos en estos casos es: Relaciones superficiales + desconexión emocional profunda.
- Prejuicios y Estereotipos: Cuando dejamos de valorar a la persona por encima del personaje social, surge un aumento de los prejuicios y con ello se acentúan los estereotipos y las discriminaciones. Esto hace que haya un deterioro (y la posible desaparición) de la equidad en nuestras relaciones y sociedades.
- Presión Social por encajar: Cuando nos enfocamos en los personajes y no en las personas, experimentamos un aumento de la presión social de nuestro entorno para mantener el personaje social que hemos construido y con ello, aumentan los niveles de estrés, de preocupaciones, miedos e incluso una sensación constante de inautenticidad. Esto permite el desarrollo de la ansiedad, de la angustia y de depresión.
La Autenticidad y la Empatía, nuestros mejores aliados.
Cuando dejamos de valorar a la persona por encima del personaje social y las etiquetamos según diversos estereotipos, entre los cuales tenemos principalmente la apariencia física, de manera directa afectamos nuestra autoestima, la cual puede hacer que hagamos daños a los demás (cuando nuestro ego-personalidad se ve a sí mismo más que los demás) o podemos hacernos daños a nosotros mismos (cuando nuestro ego se siente herido y menos que los demás).
Por ello, es muy importante practicar la aceptación propia. Ser auténticos y aceptarnos a nosotros mismos da forma a la manera en la cual pensamos, nos comportamos y a su vez, a la manera en la cual vemos a los demás.
Cuando somos auténticos, reconocemos quienes somos genuinamente. Con ello, nos mantenemos fieles a nosotros mismos, a nuestros valores, y nos damos el permiso de mostrar nuestra emociones y de expresar nuestros pensamientos de forma genuina. A través de la autenticidad podemos fortalecer nuestra salud mental y construir relaciones sólidas y genuinas.
Asimismo, cuando desarrollamos, promovemos y practicamos la empatía vemos con mayor claridad a los demás como seres humanos únicos y con ello, comenzamos a valorar a las personas por encima del personaje social. Dejamos de “construir” a los otros y comenzamos a “verlos” tal y como son. Cuando somos empáticos tenemos la maravillosa oportunidad de conectar a un nivel más profundo con los demás, comprenderlos e incluso llegar a compartir sus sentimientos.
El impacto en la sociedad de valorar a las personas por encima de los estereotipos.
Si bien la manera en la cual tratamos a los demás dice mucho más de nosotros mismos que de las otras personas, lo cierto es que el impacto de la forma como vemos al mundo y a los demás tiene un efecto tanto en lo individual como en lo colectivo.
Por ello, me gustaría comentarte tres (3) efectos positivos de valorar a las personas por encima del personaje social:
- Reducción de la Discriminación: Esto sebe al hecho de que una vez que hemos trascendido y eliminados nuestros prejuicios, se produce una disminución de los estereotipos a los cuales hemos estados atados (el color de piel, la nacionalidad, elocredo, entre muchos otros) y con ello, abrimos las puertas a una sociedad más equitativa y consciente.
- Mejora de las Relaciones Interpersonales: Cuando valoramos a las personas y no al personaje, da como resultado un enriquecimiento en nuestras vidas, pues los lazos que nos unen a las otras personas se construyen sobre las bases de la autenticidad, el respeto, y demás valores que refuerzan la interacción humana sana y saludable.
- Fortalecimiento de nuestras sociedades: Conectarnos con los demás a un nivel profundo y genuino promueve la interacción en términos humanos. Es decir, por encima de lo superficial y/o material. Esto permite la formación de sociedades más sólidas y cohesionadas en las cuales prevalece el apoyo mutuo y el bienestar tanto individual como colectivo.
Construir una sociedad que valora a las personas por encima de los estereotipos es una responsabilidad de todos.
No estamos solos en este planeta y por muy “evidente” que esta afirmación pueda parecer, lo cierto es que muchas son las veces en las cuales, las acciones no van de la mano con lo pensamos que creemos ni mucho menos con lo que decimos.
¿Por qué digo esto? La respuesta es muy sencilla, pues dejar de dar mayor importancia a las apariencias y a lo material (características de la sociedad actual) y promover la transformación hacia una sociedad que dé valor a la humanidad de las personas, trasciende lo individual y/o personal convirtiéndose en el ejercicio de una ciudadanía consciente que contribuye de manera significativamente positiva en la construcción, el desarrollo y el fortalecimiento de una sociedad mucho mejor.
En este momento, puede surgir la siguiente pregunta: ¿Muy bien Antoni, pero cómo lo logramos?
Seré honesto contigo, no soy dueño de la verdad absoluta, ni mucho menos pretendo serlo. Sin embargo, me gustaría proponerte tres (3) acciones de las muchas que podrías realizar, con el fin de compartir acciones que sean prácticas y que estén dentro de nuestro poder acción para la construcción de un mundo mejor:
- Educar en valores: Nuestros valores guían tanto nuestras acciones como nuestras decisiones y tienen un impacto profundo en la forma en la cual nos relacionamos tanto con nosotros mismos como con los demás. Por ello, la educación en valores nos fortalece como personas a nivel individual y sienta las bases para el ejercicio de una ciudadanía consciente. La educación en valores implica transmitir y promover estos principios éticos y morales desde una edad temprana, pues de ello depende elegir hacer lo correcto y no hacer las cosas fáciles.
- Practicar y promover el liderazgo empático: Cada persona que se encuentre en una posición que le permita ir al frente de un grupo de personas tiene la posibilidad de utilizar su influencia para promover una cultura en la cual prevalezca el respeto, la equidad, la cooperación y la sinergia. No obstante, aunque una persona no tenga un grupo de individuos bajo su cargo, también puede promover valores que fortalezcan el trabajo en equipo en su entorno. Recordemos que siempre tenemos la posibilidad de elegir.
- Tomar la Responsabilidad y ser activos: La transformación de nuestras sociedades pasa por la participación activa de sus ciudadanos. No se trata de quejarnos, de señalar culpables y de quedarnos de brazos cruzados mientras vemos como delante de nosotros nuestras sociedades se hunden en un hoyo de anarquía, de caos y de destrucción. Es necesario involucrarnos de forma activa y generar puentes de entendimiento, de comunicación y de cohesión.
Juntos por un futuro más humano.
Para finalizar estas líneas y a modo de resumen, podemos ver que valorar a las personas por encima del personaje social y de los estereotipos es una acción fundamental para la construcción de relaciones auténticas y de una sociedad más equitativa y cohesionada.
Por ello, me despido destacando algunos de los beneficios clave para comenzar a ir a la práctica y poner nuestro grano de arena al servicio del desarrollo y la expansión de consciencia de la humanidad en su conjunto:
- Disminución de los conflictos.
- Aumento de nuestra empatía.
- Mejora nuestra comunicación.
- Expansión de nuestra consciencia.
- Aumento de nuestra autovaloración.
- Fortalecimiento de nuestra resiliencia.
- Fortalecimiento de nuestras relaciones.
La invitación entonces es a practicar la autenticidad y la empatía para romper las barreras que nos imponen las máscaras sociales de nuestros personajes y asumamos el compromiso de construir conexiones más profundas con los demás comenzando por el fortalecimiento con nosotros mismos. Al hacerlo, trabajamos en conjunto para crear un futuro más humano y enriquecedor para todos.
“Promovamos valores que permitan construir un mundo en el cual la dignidad humana, la comprensión, el entendimiento y la cooperación mutua sean los cimientos de nuestras interacciones y decisiones.
Y tú, ¿Asumes el compromiso de valorar a las personas por encima de los estereotipos?
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Te leo…
