Esto que llamamos vida es una experiencia más corta de lo que pensamos y mucho más importante de lo que creemos. Es por ello que dar valor a cada momento y disfrutarlo es una de las decisiones más acertadas que podemos tomar durante nuestra experiencia vital.
Soy consciente de que hay momentos en los que las “cosas parecen no ir bien” por diferentes razones y precisamente en esos momentos es cuando más desafiante puede ser para muchos de nosotros valorar y disfrutarlos.
Por eso hoy, me gustaría compartirte mis reflexiones sobre esa frase, ¡vamos a ello!
Cuando las cosas van bien, parece sencillo ser felices.
A simple vista, cuando todo en nuestra experiencia vital ocurre como deseamos (o por lo menos estamos cómodos con ello) parece que es mucho más fácil ser felices. Sin embargo, podemos estar dejando de lado momentos importantes por estar envueltos en las actividades propias de cada. Esto hace que podamos estar enfocados en “resolver” los pendientes dejando de la lado esos que por muy pequeños que sean, pueden contribuir a nuestra felicidad, a nuestra paz y a nuestra tranquilidad.
La grandeza se oculta en los pequeños detalles. Los cuales, al ser tan pequeños los damos por sentado y dejamos de valorarlos. Entre ellos tenemos por ejemplo: despertar cada mañana, ver un amanecer o un atardecer, el abrazo o el beso de un ser querido, la compañía de personas vitaminadas, la sonrisa de un niño, la naturaleza que nos rodea, el olor de la lluvia, entre muchas otras. Dejar pasar esos momentos, es dejar de disfrutar de las maravillas del momento presente y de sus beneficios.
Si no damos atención a esos momentos que pueden ser pequeños pero dan gran significado, restamos su importancia y con ello, estamos renunciando al valor intrínseco que cada momento tiene para llenar nuestro ser y contribuir con nuestra armonía, energía, vitalidad y enriquecimiento. Es importante hacer una pausa para agradecer por tener la oportunidad de experimentar situaciones que si las aprovechamos pueden recargarnos e impulsarnos a seguir adelante con paso firme e incluso a ser mejores.
Y en momentos de dificultad, ¿se puede ser feliz?
Aunque la reacción a esta pregunta pueda ser un rotundo y veloz ¡NO! lo cierto es que, si así lo deseamos, tenemos la posibilidad de ser felices incluso en situaciones adversas. Permíteme que te explique el por qué de esta afirmación.
La felicidad no es una emoción. Es un estado emocional en el cual nos encontramos cuando pensamos de cierta manera o cuando actuamos de cierto modo. En todo momento, cada ser humano tiene la posibilidad de elegir ser feliz independientemente de las circunstancias. Prueba de ello, es la felicidad y la paz que siente una madre al momento de dar a luz al ser que llevaba en su vientre.
Para ser feliz en momentos de dificultad, es necesario entender (entre muchas otras cosas) en donde estamos poniendo nuestro foco, pues en aquello que ponemos nuestra atención hacia allá fluye nuestra energía.
Nuestro estado emocional es impactado por:
- Nuestra fisiología: La manera como ponemos nuestro cuerpo.
- Nuestro foco: Todo aquello que pensamos y a lo que damos atención.
- Nuestro lenguaje: Lo que decimos y la forma de expresarnos.
Es precisamente en momentos de crisis donde dar valor y rendirnos a la experiencia es de mucha importancia, ya que si ponemos toda nuestra atención a “lo malo” creemos que nos está sucediendo, lo único que ganaremos será generar en nosotros emociones que drenan nuestra energía y podremos estar cavando poco a poco el abismo del cual podrá ser muy difícil salir por nuestros propios medios.
Dar valor a cada momento de crisis no quiere decir que deseas que eso ocurra, ni mucho menos que te encanta estar en esa situación, nada más alejado de la realidad. Lo que quiere decir es que al hacer una pausa y dejar de juzgar la situación como “buena o mala”, te das el permiso de observar la situación y reconocer lo que sucede en ese momento determinado tal y como es, sin maquillarlo o sin distorsionarlo.
“Nada, absolutamente nada, nos sucede a nosotros. Pero todo, absolutamente todo, sucede para nosotros”.
Cuando hablo de disfrutar en la adversidad no me refiero a que huyas de ella haciendo cosas que “te hagan feliz”, pues con ello solo estará negando la situación e intentar huir de ella, lo cual no la resuelve, ni te aleja, pues paradójicamente estarás sumergiéndote de forma directa en la crisis y haciéndola más profunda, aumentando la presión, el estrés y las preocupaciones e inconvenientes.
Dar valor a cada adversidad significa reconocer que en cada situación adversa se encuentra la semilla de una solución de igual magnitud, la cual si así lo deseamos, nos permitirá crecer, avanzar e incluso prosperar. Rendirnos (dejar de resistirnos) ante la experiencia, por muy adversa, dolorosa, o dura que sea, nos abre la puerta a la posibilidad de entender nuestra participación en la situación y con ello comprender lo que la ha causado, nuestra cuota de responsabilidad en ese origen y por último encontrar la solución para resolverla. Esa toma de consciencia es única es precisamente en ese “momento ajá” a partir del cual podremos ver todo con mayor claridad y disfrutar del proceso.
¿Qué podemos hacer para dar más valor a cada momento para poder disfrutarlo?
Si estamos en momentos de luz, podemos:
- Dejar de estar en modo automático y tomar pausas conscientes para observar el momento presente.
- Toma un momento para agradecer por tener la oportunidad de vivir esa maravillosa experiencia.
- Sumérgete de manera consciente en el momento presente y disfrútalo.
- Valora a cada ser y dedícate a estar presente en cada momento.
- Observa, sonríe y ama más.
- Recuerda que cada momento es tan fugaz como tu pasado.
- Recuerda que tu presencia es mucho más que estar en cuerpo presente en un lugar o momento determinados, es necesario traer tu consciencia al momento presente.
Si por el contrario, nos encontramos en momentos de oscuridad:
- No te creas todo lo que tu mente dice de la situación adversa.
- Trabaja en ti para aumentar tu autoconfianza.
- Recuerda que lo que sucede puedes utilizarlo para tu beneficio si así lo deseas.
- Puedes salir de cada crisis, si estás dispuesto a hacer lo necesario para conseguirlo.
- Reconecta con tu poder quitándole la fuerza que le has dado a la situación sobre ti de manera inconsciente.
- Ten presente que ante la adversidad tu fortaleza aumenta en la medida en la que pones el foco en lo que está dentro de tu control y no en lo que está fuera.
El gran beneficio de dar valor a cada momento y disfrutarlo.
La ganancia se encuentra en la paz que encontramos al comprender que al asumir nuestra responsabilidad, tomamos las riendas de la situación y pasamos de víctimas a protagonistas. Comenzamos a ser los líderes y arquitectos de nuestra experiencia y hacerla más agradable e incluso utilizarla de trampolín para subir al siguiente nivel en todos los ámbitos de nuestra vida.
Con todo ello, el gran beneficio oculto es:
El impacto positivo y directo que tiene en nuestro entorno.
La relación que existe entre cada ser humano y su entorno es una dinámica simbiótica. Es decir, ambos se nutren, debilitan y fortalecen de forma constante con cada decisión que tomamos, bien sea consciente e inconscientemente. Valorar cada momento es amar la vida tal y como es, disfrutarla en su totalidad en cada momento en cada momento de luz y aprendiendo en cada momento de oscuridad.
Tanto tú como yo, somos parte importante del todo, con lo cual mientras más valoremos y disfrutemos cada momento, mayor será la posibilidad de aumentar nuestra felicidad y de contribuir con la construcción de parejas, relaciones, familias, entornos, sociedades, países, continentes y de un mundo más feliz.
La decisión está en nuestras manos. Si deseamos contribuir con un mundo mejor, en el cual disminuyan, el odio, la violencia y las guerras, aumenten el amor, la bondad y la paz; es importante que seamos ciudadanos conscientes de nuestro papel en nuestras sociedad del impacto de nuestras decisiones, de nuestra palabras y de nuestras acciones. Mientras más valoremos a cada momento, a cada ser y cada persona, mayores oportunidades tendremos de disfrutarlas y de contribuir de manera consciente en la construcción, divulgación y expansión de valores que creen valor cuyo resultado se traduce en personas, familias, relaciones, entornos, y sociedades más sanas duraderas y de crecimiento constante.
Para finalizar y para tu reflexión, ¿Qué puedes valorar y disfrutar en este momento?
¡Comparte tu opinión en los comentarios y este artículo con quien lo necesite!
Te leo…
2 comments
Karen
09/03/2025 at 8:52 pm
Que super buen mensaje, es tan dificil ver las cosas positivas en los momentos no tan buenos pero con este articulo me da la alegria de saber que puedo estar feliz y ver de manera positiva las cosas malas que pasen, que fue mi actitud cuando hace tiempos atras tuve la paralisis facial.
Y es lo que intento hacer con las situaciones familiares.
Gracias por estas palabras.
Antoni Gonçalves
22/03/2025 at 6:35 pm
Hola Karen!
Así es, la actitud es clave para avanzar.
Muchas gracias por tu aporte.