Cada persona actúa de acuerdo a lo que piensa y de acuerdo a lo que cree. Es decir, cuando alguien hace o dice algo, lo único que está ocurriendo es que esa persona está mostrando en el mundo exterior, lo que lleva en su mundo interior. Por ello, evita tomar las cosas personalmente y sigue adelante sin resistencia.
Soy consciente de que en muchas situaciones y por diferentes razones las palabras o las acciones de los demás generan cierta incomodidad, pues también las he vivido. Es por ello que me gustaría compartirte esta gran verdad: La incomodidad, o las emociones que podamos sentir, las generamos nosotros mismos, no las acciones ni las palabras de los otros.
Sé que puede resultar desafiante digerir la afirmación anterior y por eso me gustaría explicarme un poco más. Es la interpretación que hacemos de las palabras, de las acciones e incluso de las actitudes de los demás lo que hace que nos sintamos de una determinada manera. De hecho, esta situación (tomar las cosas personalmente) ocurre incluso en circunstancias y situaciones que ocurren en nuestro entorno, tales como el tiempo, el clima, el ruido, entre muchas otras.
Si nos damos el permiso de “parar” y de observar, podremos ser testigos de la hermosa oportunidad de expandir nuestro nivel de consciencia al darnos cuenta de que una cosa son los hechos y otra muy diferente es la historia que nos contamos. Con ello, podremos retomar las riendas de nuestra experiencia vital y decidir la manera en la cual deseamos experimentar cada situación, eligiendo de manera consciente nuestra respuesta ante cada estímulo.
Es muy importante tener en cuenta que cuando las cosas las tomamos a título personal (como que nos han hecho eso) lo único que ganamos es:
- Molestarnos.
- Amargarnos el día.
- Enfermarnos.
Solo por el simple hecho de adoptar las acciones o palabras de los demás de una forma específica.
Ahora bien, esto no quiere decir que permitamos que los demás hagan con nosotros lo que les dé la gana. ¡Nada de eso!
Quiere decir que si las palabras o las acciones de los demás están dirigidas hacia nosotros, pongamos límites necesarios, eso sí. Pero sin quedarnos enganchados en el nivel emocional de la otra persona, pues en caso contrario, quiero decir si nos enganchamos estaremos dando nuestro poder de elegir a la otra persona y solo estaremos reaccionando y haciendo o diciendo cosas que tal vez no quería hacer o decir.
Acciones para evitar tomar las cosas personalmente
Una vez que nos hemos dado cuenta de que hemos sido nosotros mismos los creadores del estado emocional de incomodidad en el cual nos encontramos, se abre la posibilidad de revertir esta situación y para ello, me gustaría compartirte las siguientes acciones que te ayudarán a fluir:
- Antes de hablar o hacer algo, toma un par de minutos para respirar profundamente.
- Reconoce la emoción que se manifiesta en ese preciso momento.
- Pregúntate ¿Lo que pienso que ha hecho o dicho la otra persona, realmente lo dijo o lo hizo?
- Pregúntate ¿Qué es lo que realmente me incomoda de esta situación?
- De manera consciente actúa de manera responsable y ofrece una respuesta en la cual la comunicación y la acción no violenta prevalezca con el objetivo de evitar hacer daño al otro, al entorno y mucho menos a tu propio ser.
Como podemos ver, en todo momento tenemos el poder de darle forma a nuestro gusto a cada situación que se nos presente, entendiendo que cada persona es un mundo y que depende únicamente de nosotros que todas y cada una de nuestras relaciones sean de provecho, sanas y duraderas en la medida de lo posible. Estaremos saliendo de la esfera del victimismo para entrar en la esfera del liderazgo personal, cuyo impacto se verá reflejado en tanto en el ámbito individual como en el ámbito colectivo.
En resumen,
Evitemos perder la razón, pongamos límites amorosos y seamos respetuosos.
Y tú, ¿Estás en la disposición de dejar el ego de lado y a dejar de tomar las cosas personalmente?
¡Comparte tu opinión con nosotros y este mensaje con quien lo necesite!
Te leo…
